La Psicología del Deporte, como disciplina complementaria aplicada junto con el tratamiento médico, le ofrece al deportista lesionado una combinación de técnicas que le permiten afrontar, superar con éxito y fortalecido, la recuperación de una lesión. Reduciendo el período de inactividad, permitiendo mantener el estado físico y alcanzando niveles más altos de motivación.
Es posible aplicar las diferentes técnicas, en aquellas lesiones que requieren inmovilización de una parte o de todo el organismo; o luego de una intervención que precise la reeducación para el regreso a la actividad. Permiten además, aliviar el dolor, y superar el miedo a lesionarse nuevamente.
La Psicología del Deporte en la recuperación de lesiones brinda:
En el Aspecto Físico
Es posible acelerar el proceso de recuperación de la zona lesionada con el uso de la imaginación, de la relajación y de la respiración.
La Imaginación Permite:
* Mantener niveles aceptables las destrezas físicas, acelerando la recuperación y recobrar más rápidamente el nivel de destreza anterior a la lesión.
* Repetir, una y otra vez mentalmente, los ejercicios que físicamente no puede realizar mientras dura su lesión.
* Optimizar del trabajo del fisioterapeuta, por ejemplo mientras el fisioterapeuta intenta que el deportista estire la pierna lesionada, éste se imagina el estiramiento que debería estar produciéndose.
* Complementar el trabajo de recuperación mediante sesiones específicas de práctica en imaginación, por ejemplo el deportista guiado por el psicólogo, imagina el proceso que debería estar ocurriendo en la zona lesionada para que se cure.
La Respiración Permite:
* Tomar el control en situaciones de tensión y de estrés.
* Alcanzar la relajación, la calma y la claridad mental.
* Reducir la tensión muscular o la fatiga.
La Relajación Permite:
* Regular la tensión muscular y mejorar el movimiento hasta encontrar un estado óptimo de relajación que permita un mejor trabajo de rehabilitación y recuperación de la lesión.
En el Aspecto Psicológico
Las lesiones implican en la vida del deportista un alto en su entrenamiento y alejamiento del objetivo deportivo para el cual se estaba entrenando, además de un posible alejamiento del grupo, amistades o compañeros de práctica, la pérdida temporal de una actividad recreativa o de esparcimiento importante en su vida cotidiana.
Por otro lado, se ve forzado a enfrentarse con el dolor físico, a la inactividad física, total o parcial, a modificar sus hábitos cotidianos como el trabajo, la familia, la recreación, las amistades, etc., y a incorporar en su quehacer diario tareas para el cuidado y rehabilitación de su lesión, según las indicaciones de su equipo médico.
Si bien el deportista contempla la posibilidad de que ocurran, y toma precauciones durante su entrenamiento para disminuir ese riesgo, suelen ser una realidad ajena. Esta situación va a influir directamente en la repercusión que tendrá la lesión sobre sí mismo, y en su vida.
Los sentimientos que aparecen al producirse la lesión pueden ser la frustración, la impotencia, la bronca, el aislamiento, la sensación de pérdida, el miedo, y en algunos casos hasta la negación de lo ocurrido.
La gravedad de la lesión puede ser desestimada, llevándolo a conductas que no ayudan en la recuperación o incluso agravarlas.
Estos sentimientos, la visión que el deportista tenga de su lesión, la experiencia previa de lesiones, gravedad y tipo de lesión, y el momento de la temporada deportiva, van a influir directamente en su recuperación y en el plan de rehabilitación.
Es fundamental en primera instancia, para trabajar adecuadamente en la recuperación, su aceptación. Así como lograr una visión positiva y constructiva sobre la situación de recuperación y rehabilitación. Por ejemplo, las lesiones pueden ser una oportunidad para el crecimiento personal, ser un desafío que desarrolle nuevas capacidades y fortaleza mental para atravesar y resolver situaciones difíciles.
El tratamiento desde lo psicológico, tiene como objetivo ayudar al deportista a:
Recuperar seguridad y confianza.
A responder psicológicamente de forma positiva a una lesión.
A disminuir la ansiedad.
Superar los temores.
Finalmente, es importante destacar que la Intervención Psicológica debe desarrollarse en fluida comunicación con el equipo interdisciplinario conformado por el médico, el kinesiólogo, el entrenador, el preparador físico, el nutricionista, etc.
Por Lic. Jimena Martínez para FitnessOnline.com.ar
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